(30/04/15).- “Para
hacer una cosa, uno tiene que entenderla, uno tiene que estudiarla”, fueron las
palabras con las que este martes 28 de abril comenzó Daniel Benítez a dictar el
taller sobre el baile de Tambor de Tarmas (localidad del estado Vargas). Es por
ello que este cultor de la parroquia Carayaca, inició con la historia del
surgimiento de esta manifestación de origen indígena, afirmando que aquellos que
la ejecutaban se establecieron, además, en varios espacios de Caracas que hoy
conocemos bajo los nombres de Caricuao, El Valle y La Vega.
Este baile surgió con fuerza desde la
época de la Colonia, cuando los españoles prácticamente destruyeron las poblaciones
indígenas.
Durante las 3 horas los jóvenes
pudieron conocer que el Tambor de Tarmas es una expresión corporal de
insinuación, un movimiento de la mujer que se le insinúa al hombre
gestualmente, le hace creer al caballero que está interesada en él y cuando cae
bajo sus encantos lo aparta con elegancia. Este baile se caracteriza por lo
respetuoso que él o ella saca del ruedo a otra persona.
El cultor varguense explicó que no es
el mover de la cintura, es el desplazamiento en el ruedo (en lugar de baile),
la cintura se mueve sola, es decir al mover el cuerpo para desplazarse. “Es
deslizarse con la pareja y dejar que se exprese, no es sensual, sino más bien
divertido”, dijo Benítez.
Tergiversación del baile y su
vestuario
En los años 40 un señor de apellido
Lizcano -contó Benítez- convocó en Caracas a los habitantes que bailaban las
manifestaciones de sus regiones para darlas a conocer; de allí surgió el
movimiento de Yolanda Moreno, y para llamar la atención le agregó a sus
vestuarios flores. Desde entonces “nos quedamos con ese cliché del floreo
vistoso en las faldas, cuando en realidad el color del vestuario que usaban las
mujeres para bailar era blanco y pintados de añil (color azul que sale al
preparar las hojas de un árbol llamado así)”, añadió Benítez.
Cada tambor en su localidad tiene su
esencia, sin embargo con el tiempo ha variado la esencia del baile. “Desde sus
inicios hasta la fecha ha tenido una variación, hubo un tiempo que se corrompió
hasta convertirse en un baile agresivo, y eso motivó a un grupo de personas de
la localidad a desmontar esa tergiversación”, explicó el cultor.
En el mismo orden de ideas, la
profesora de Danza de la UNEARTE, Betty Mendoza, enfatizó que “desde antes y
hasta nuestros tiempos, nos han hecho creer que la falda con flores y la blusa
blanca es el único vestuario que se usa para bailar danza tradicional, tanto
así que la mayoría cree que esa es la única manera de bailar en el país, pero
esas flores no tienen que ser necesarias y es importante que eso se revise”.
La representante del área de
investigación de Artes Tradicionales de UNEARTE, Ruth Zuniaga, explicó que el
taller surge gracias a que el centro de investigación que lleva el recinto
universitario se dedica a la integración de los lenguajes artísticos, especialmente
de las manifestaciones tradicionales venezolanas. “Actualmente estamos
desarrollando un proyecto piloto en Tarmas, un pueblo de Vargas, donde
encontramos muchas expresiones, entre ellas este baile de tambor”.
La dinámica de este proyecto consiste
en observar las manifestaciones a través de un diálogo con los mismos
habitantes de la localidad varguense, y desde esa observación construir el
significado que tienen estas tradiciones.
“Este taller es uno de los productos
de ese diálogo de ese encuentro en Tarmas, dictado por los cultores que viven
en la población para que sean ellos mismos quienes nos transmitan la esencia y
significado de esas tradiciones y cómo la ven y entienden ellos”, señaló
Zuniaga.
El taller de Tarmas incluye varias
manifestaciones artísticas, está la del tambor propiamente dicha, la del canto
y la de la danza. Por razones de practicidad la UNEARTE optó por separarlas por
grupos, “pero la semana que viene, en UNEARTE de Bellas Artes, se dará una
demostración donde estarán todos los lenguajes y se tendrá la oportunidad de
ver tal cual es esta manifestación con todas las partes mezcladas”, manifestó
Zuniaga.
Los participantes de este taller son
los 20 bailarines del elenco tradicional de la Fundación Centro Nacional de
Danza (FCND), y alrededor de 80 estudiantes cursantes desde el 1er al 6to semestre de Danza
Tradicional en la casa de estudios ubicada en Bellas Artes.
La actividad de enseñanza continúo el
miércoles 29 y jueves 30 de abril, y el martes 5 de mayo se dará una
demostración de lo aprendido en una de las salas de la UNEARTE. En ese espacio
varios grupos de estudiantes, quienes están aprendiendo, se unirán y mostrarán
el Tambor de Tarmas.
Durante la clase 2 parejas de
jóvenes, oriundos de Tarmas, dieron demostraciones para que así los
participantes apreciaran estos movimientos y luego los pusieran en práctica.
Las clases continuarán el miércoles 29 y jueves 30 de abril, de 9:00 a.m. a 12
del mediodía, en la sede de la FCND.
T/ Prensa FCND/ Alybeth Guanipa
F/ Prensa FCND/ Lismar Reyes
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