(11/07/2015).- Este jueves 9 de julio, desde las 4:00 p.m. en
la Plaza Carlos Gardel de Caño Amarillo, la danza y el teatro se conjugaron con
el Teatro de Danza de Caracas y Juno Producciones.
La danza
contemporánea dio inicio a este espacio con tres piezas representadas por dos
parejas del Taller de Danza Caracas que deleitaron al público presente con Escorpión,
de Julio César Alfonso. La segunda fue una exploración que se llama Inesperado,
y es el encuentro entre el hombre y la mujer, que surge, se relacionan y entre
ellos pueden suceder muchísimas cosas como amistad o amor.
La
última pieza fue Metáfora, una adaptación que la maestra Yuri Cavarieli
hizo de la obra del maestro José Ledezma. En ésta se relató, a través del
movimiento, sobre esos encuentros entre el hombre. La bailarina y profesora del
Taller de Danza de Caracas, Peggy Delgado, explicó que las 3 piezas dancísticas
pertenecen al repertorio de la Compañía.
Teatro
para romper preceptos impuestos por la sociedad
El
teatro también invadió la plaza Carlos Gardel con Juno Producciones, dirigida
por Sylvia Farfán, quien también actuó en el performance El mundo es un
lugar horrible, mamá.
La pieza
inició con el recorrido de una mujer ataviada de negro con una figura de yeso
en sus manos. La mujer que también tenía su rostro tapado, y llevaba en sus
manos una figura de mujer hecha de yeso y tapada con un tul negro, llegó hasta
la Plaza donde la esperaban los espectadores; allí se subió a una escalera y
tiró el yeso, luego se quitó la ropa negra y se dejó ver el rostro. Acto
seguido, se acercaron personas del público y tomaron una flores y la echaron
encima de la figura de yeso ya partida en el piso.
Luego,
la joven se movió y se agachó hasta donde había una ponchera con agua y se lavó
el rostro y parte de su cuerpo, que mostraba cómo la mujer se limpiaba de todos
esos principios, purificándose, liberándose de esas posturas, de esa línea
recta que sigue la sociedad.
La
creadora de esta obra y actriz, Sylvia Farfan, explicó: “Esto proviene de una
exploración personal acerca de cómo han sido transmitidos los preceptos bajo
los cuales vives tu vida, y a nosotras las mujeres es un tema que nos
toca más directamente. Por eso realicé un duplicado de una figura femenina con
el yeso”.
Prosiguió
Farfán: “La ropa significa anular la imagen dentro del lineamiento ancestral de
los preceptos sociales, familiares, y anular mi rostro, mi corporeidad y
someterlo al peso de esta figura de yeso, esa era la idea. Nunca la solté, el
yeso tapado con un tul negro, muestra a ese cuerpo invadido de una cubierta que
no lo hace ver, que no es real, luego se libera de todos esas posturas que
impone la sociedad y por eso cae, se libera y se deshace de ese peso, de esa
carga, de todos esos preceptos que a la final son prejuicios, son posturas, y
poco a poco se va transformando en vez de destruirla. Por eso incluí el
elemento de las flores. porque me parece importante lo natural”.
A Farfán
le gustó que la gente se involucrara en la obra, sobretodo los niños. Para ella
“fue impresionarte, porque en vez asustarse de ver a alguien tapado todo de
negro, estaban curiosos y seguían a la figura”.
T/
Alybeth Guanipa
F/
Lismar Reyes
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