lunes, 21 de septiembre de 2015

Azul, blanco, sepia: Éxtasis con la luz de Reverón



(21/09/2015).- Durante estos últimos 15 años el Estado venezolano se ha dado la ardua tarea de visibilizar y, a su vez, reivindicar el trabajo de artistas y creadores del pueblo, quienes con su arte han dejado un legado.

Tal es el caso del maestro Armando Reverón, un hombre caraqueño que plasmó en lienzos imágenes de mujeres (musas) y paisajes del trópico (Vargas), entre otros; además de crear muñecas.



Todo eso lo llevó a escena el elenco contemporáneo de la Fundación Compañía Nacional de Danza (FCND), guiado por el coreógrafo Rafael González, quienes juntos a un equipo multidisciplinario lograron dar con la esencia de las obras pictóricas del artista de Macuto, a través de la obra corporal Azul, blanco, sepia.

Esta puesta en escena, que habla a través de movimientos corporales sobre los tres períodos que plasmó “el maestro de la luz” en sus obras, no es más que un reflejo de que en Venezuela se están viviendo cambios de envergadura dentro del mundo de las artes escénicas, donde se conjugan las artes plásticas con la danza contemporánea, detalle que salpicó la inquietud en las personas que llenaron las 347 butacas de la Sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño.



Durante tres días, y a sala llena, los bailarines del elenco contemporáneo de la FCDN, mostraron todo el conocimiento aprendido durante varios meses de preparación, dejando por sentado en el escenario que sí se puede hablar de otro arte a través del cuerpo.

El viernes 18 de septiembre subió el telón de la sala José Félix Ribas y los Reverones y Juanitas se dejaron ver con atuendos de tul blanco, que a su vez permitían ver las siluetas de las musas de Reverón (bailarinas).



El sonido estruendoso, pero a la vez apacible que brindan las olas del mar, trasladaron al público presente a ese pueblo donde el pintor vivió, evocaba a El Castillete, lugar que él mismo construyó en Vargas y que, actualmente, es recuperado por el Gobierno Bolivariano.

En 45 minutos los intérpretes se desplazaron en el escenario de un lugar a otro, con movimientos coordinados y, por supuesto, con las técnicas de la danza contemporánea.



Luego de varios minutos de movimientos corporales sonó el primer campanazo -recordando al mono que avisaba cuando estaba culminada una obra-, y se pudo ver a la primera pareja de Juanita y Reverón, iluminados por el color azul. Mientras se oía una música suave, la bailarina era pintada de azul por el joven que caracterizó al artista plástico de una manera que hizo ver cómo se preparaba Reverón antes de pintar: subiéndose sus pantalones, tocándose el cuerpo sudado y apretándose la cintura con su cordel.

Luego de sus movimientos mostrando cómo el pintor hacía sus obras en el período azul, se vio en el escenario un cuadro con tul donde se encontraba la otra pareja, que mostró el período blanco. Después, le tocó el turno al sepia, donde otros jóvenes se envolvieron con aserrín, un elemento natural que transformó el espacio.



En el último campanazo se comenzó a mover el aserrín en la pantalla para luego apreciar a tres mujeres desnudas haciendo poses en el personaje de las musas, y así se mostraron antes pero con atuendos azul y blanco detrás del tul, haciendo movimientos al lado de los cuadros de cada período.

Esta obra no podía finalizar mejor que con la firma del artista plástico hecha con aserrín, y que se visualizó en el medio del escenario detrás de los bailarines en la pantalla que estaba colgada en el lugar.



Ahora le toca a Rengifo
Los días 1, 2 y 3 de octubre los bailarines del elenco contemporáneo trazarán otro reto: mostrar varias obras sobre César Rengifo, enfocado en los murales y cuadros que él hacía.

La cita es en la sala Juana Sujo de la Fundación Casa del Artista, a las 5:00 p.m. En los próximos días se dará información amplia sobre estas obras.

T/Alybeth Guanipa
F/ Javier Gracia IAEM


No hay comentarios:

Publicar un comentario