(08/05/2015).- Con el sonar del violín y el tambor,
una joven ejecutaba una danza contemporánea; con sus movimientos se separaba de
la pared, donde se encontraba en forma de cruz; luego de varios minutos,
la bailarina se acercó al altar, conformado por once cruces, con dos ramos de
flores de color blanco y amarillo, y allí dejó su ofrenda.
Así comenzó el Velorio de Cruz de
Mayo este jueves 7 de mayo, organizado por la Fundación Compañía Nacional de
Danza (FCND), con la participación de trabajadores del Metro de Caracas,
comunidad de la Unearte Armando Reverón y habitantes de la comunidad La
Planicie.
“Siempre es un esfuerzo de la
Fundación Compañía Nacional de Danza resaltar los valores culturales, la
tradicionalidad, es por ello que nosotros además de esta celebración, también
realizamos el Tamunangue en honor a San Antonio, el 13 de junio que
celebraremos este año, y la Paradura del Niño Jesús. Y todas las tradiciones
las hemos venido impulsando desde este espacio, no solamente para el deleite y
participación de los trabajadores de la Compañía, sino para todo el pueblo”,
manifestó el cultor Ricardo Linares.
Cada institución y comunidad
participante dispuso su Cruz en el altar que tenía ofrendas frutales, mangas,
patillas, piñas, naranjas, mandarinas, velones encendidos y granos de caraotas
de varios colores. Lo novedoso de este Velorio, que cada año se organiza, es
que cada Coordinación de la FCND por primera vez realizó la Cruz.
La del elenco tradicional fue muy
vistosa, ya que la vistieron de juguetes tradicionales, mientras que otras
fueron vestidas con papel periódico, y otras de flores y granos de caraotas.
También participaron las instituciones: Metro de Caracas, Unearte (sede Caño
Amarillo), comunidad La Planicie y demás Coordinaciones de la Compañía.
Luego de la iniciativa de la
bailarina de rendirle honor a la Cruz con una improvisación peculiar, inició el
Velorio con el toque del cuatro, maraca y buche; antes de iniciar las tonadas,
Linares dijo a los presentes que comenzarían pidiéndole permiso a la Virgen
María, con el canto que decía: “Dios te Salve, María, llena eres de gracia…” y
“Dios te Salve, Reina y Madre”.
“Hoy celebramos el Velorio de la
Cruz en la forma tradicional, incorporamos elementos de diferentes regiones del
país, la occidental, oriental, llanera y la centro-costera, es un Velorio que
integra los postnameerentes elementos de esas entidades. La musicalidad que
incorporamos al ritual es contemplativa y de rendimiento de honor a la Cruz,
como, por ejemplo, las salves, los tonos, las décimas, tono de ron diamante,
romance, los tonos de velorio llanero, punto cruza’o, punto de navegante, punto
redobla’o oriental, propios para esta tradición. Y ahora todos los velorios les
vamos a hacer lo que se denomina el ‘rabo de velorio’, que ya son géneros
musicales que son bailables, aunque los géneros musicales propiamente para la
Cruz no están asociados a un baile en específico”, detalló el también músico de
la FNCD.
Después de varios minutos de esa
tonada, los músicos iniciaron el recorrido musical con un Golpe Larense y otras
variantes. Luego, taparon el altar con una tela de tul color blanco para
iniciar lo festivo de esta tradición, que es la danza tradicional.
Mientras se oían los
instrumentos, una de las bailarinas del elenco tradicional obsequiaba de
recuerditos unas cruces pequeñas de madera con un cordel, que la gente se
colgaba de una vez en el cuello; otro obsequio era un prendedor (broche que se
usa como adorno o sujetador de otra prenda). Seguidamente tocaron una fulía, y
después bailaron joropo llanero en parejas.
Mientras se daba el Velorio,
estudiantes del Centro de Estudios y Creación Artística (Ceca), de la Unearte
Armando Reverón, estampaban franelas con la imagen de la Cruz de Mayo de color
negro y repartían el acostumbrado sancocho con el olor del fogón, que daba un
toque a pueblo.
Al caer la noche, comenzaron las
décimas con el toque del tambor, al tiempo que quienes participaban comenzaron
a pasarse una flor blanca que servía de testigo, quien sostenía la flor era
quien cantaba. Había momentos donde se encendía la euforia, y varios querían
rendir honor con décimas al Santo Madero.
Esta tradición, que comenzó a las
2:00 p.m. y culminó a las 8.00 p.m., reunió a las comunidades aledañas a la
sede de la Compañía, donde niños, jóvenes y adultos cantaron, declamaron
décimas y bailaron.
Aunque el baile no forma parte
del Velorio, también se vio en la plaza Carlos Gardel, que una vez más se
convirtió en el espacio de encuentro con las raíces ancestrales, un
acercamiento con la religiosidad.
El repertorista del elenco
tradicional, Leonardo Torres, explicó que la Cruz de Mayo es una manifestación
conocida también como el Santo Madero: “Un culto al madero. Y forma parte de una
transición interesante, algo propio de nuestras tradiciones, que centra el tema
de la fertilidad, las lluvias y las cosechas”.
Para finalizar, expresó: “Nosotros
somos una institución encargada de representar la danza o hacer la proyección
de las tradiciones populares, que además trabajamos en el proceso de
investigación, en las poblaciones donde hacen las tradiciones, y hablamos con
los hacedores de cultura”.
El Velorio culminó con un culo’e
puya para así comenzar a quitar el altar, bajando cada Cruz.
T/ Alybeth Guanipa
F/ Lismar Reyes
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